esta calle como la mueca abierta
de una fantasía ausente
la mirada del extraño que rueda
como un eco esperando tu mano
para escapar
acaso una rueda tras el repentino
futuro que se abre, ajeno
bajo el abanico de tus manos
tocando alguna puerta
de algún dios
errante
como el fuego enfermo
que enciende voces
cigarrillos y puñales
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